PCR está decidida a seguir impulsando obras concretas para participar activamente del abordaje de una de las principales problemáticas que hoy desafía al sistema energético argentino: la necesidad de ampliar la vigente capacidad de transporte de electricidad. “Durante la primera edición del Plan RenovAr, hicimos una ampliación de 500 kilovoltios (Kv) en la Estación Transformadora Santa Cruz Norte. Fuimos pioneros en incluir este tipo de obras en el costo de un proyecto”, reivindicó Martín Brandi, CEO de la empresa, al disertar en el panel ‘Sinergias entre recursos renovables y naturales’, en el Renewables Day organizado por EconoJournal.
En la segunda edición del Plan RenovAr, prosiguió el directivo, PCR realizó otra ampliación de 500 Kv en Bahía Blanca, trabajo al que sumó la instalación de un transformador trifásico de 300 MVA. “Ahora, en el marco del Mercado a Término de Energía Eléctrica de Fuentes Renovables (MATER), identificamos la oportunidad de ejecutar una obra relativamente barata en función del volumen de transporte a destrabar: el reemplazo de capacitores en Bahía Blanca y en Ezeiza. Vamos a incrementar en 440 megawatts (MW) la capacidad de transporte bahiense. De ese total, 180 MW corresponden a Olavarría y 260 a Bahía Blanca”, detalló.
A su criterio, por estos días no hay tantas oportunidades similares por aprovechar en el Sistema Argentino de Interconexión (SADI). “No obstante, sería valioso, como parte de la transición hacia un nuevo marco regulatorio en virtud de la inminente caducidad de la Ley 27.191, que el Gobierno apuntale la concreción de esta clase de proyectos. Se trata, en definitiva, de obras con relativo bajo costo que pueden ser amortizadas y recuperadas a partir del precio de la energía. En esa misma dirección, hacen falta incentivos para que los generadores evalúen y realicen este tipo de ampliaciones”, opinó.
Resulta obvia, enfatizó, la importancia de que el Estado instrumente los mecanismos necesarios para promover la construcción de una nueva línea de 500 Kv. “Mientras tanto, las obras de menor envergadura ayudan a maximizar la infraestructura disponible. Eso es algo que los generadores perfectamente podemos hacer, siempre y cuando haya señales de precios adecuadas”, reflexionó.
Mejoras regulatorias
De acuerdo con Brandi, llevar a cabo una optimización de la red de transporte es equivalente a poner la energía en la demanda. “En nuestro caso, estamos actuando vía MATER, incorporando la obra como costo del proyecto. El problema, en cuanto al precio de la energía, es que debemos competir con actores que no están realizando ninguna obra. Es cierto que gozamos de prioridad plena, pero sería bueno contar con un nuevo marco regulatorio del mercado que garantice señales de precios que orienten la disposición de la energía”, insistió.
De ese modo, justificó el CEO de PCR, un parque eólico en Bahía Blanca que tenga una determinada obra asociada estará en condiciones de competir con otro en Comodoro Rivadavia, donde el recurso natural pueda ser mejor, pero la infraestructura de transporte resulte más limitada, o incluso con un complejo emplazado cerca del Río de la Plata, en el epicentro de la demanda. “La idea sería facilitar la concreción de la iniciativa más conveniente”, subrayó.
Menores costos
Poco después de la pandemia, recordó Brandi, los precios de equipamientos y servicios logísticos se habían elevado demasiado. “Vale aclarar que en la Argentina se construía igual, básicamente porque no había muchas otras opciones para utilizar la moneda local, en un contexto con emisión a tasa cero”, evocó.
Afortunadamente hoy el escenario es otro, comparó, ya que el costo de instalación del MW de potencia eólica o solar se volvió más competitivo en relación con el gas natural. “No casualmente emprendimos un primer proyecto híbrido: estamos construyendo 18 MW solares en un parque eólico de 110 MW en San Luis. Por las características del lugar, las curvas de generación tanto eólica como fotovoltaica son complementarias, lo que nos permite maximizar la capacidad de transporte eléctrico. Usamos la misma subestación y tenemos una única prioridad de despacho para todo el complejo, que puede operar de manera híbrida prácticamente en simultáneo durante todo el año”, puntualizó.
En síntesis, resumió, para bajar los costos en el sector se precisa creatividad y eficiencia. “No se puede prosperar en la industria de las energías renovables si no se acciona de manera ágil y eficiente, aprovechando la infraestructura disponible. Los proyectos no admiten retrasos ni pérdida de competitividad”, aseveró.
La Ley 27.191, expresó el ejecutivo, brindó estímulos innegablemente positivos para la industria que se tradujeron en inversiones, tales como la posibilidad de contractualizar por hasta un 20% de la demanda. “Tiene sentido prorrogar ese tipo de facilidades. Sería relevante, además, que el nuevo normativo imponga en la práctica la estabilidad fiscal de la que sólo dispusimos en términos teóricos”, concluyó.