En el marco de la sexta edición de la JOG, la Jornada de los jóvenes profesionales de la industria de Oil & Gas, expertos del sector gasífero dieron cuenta de la importancia de la ampliación del sistema de transporte de gas, de la oportunidad que presenta para la Argentina la generación de saldos exportables y el rol clave que ocupa en la transición energética.
En la jornada, organizada por las nuevas generaciones de profesionales que se inician en el sector, estuvieron presentes Pedro Locreille, gerente de Midstream Gas Natural de YPF; Mariano Marino, subgerente de Transporte y Servicios al Cliente de TGN y Salvador Gil, director de carrera de Ingeniería en Energía en la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), quienes dialogaron sobre el Gas Licuado de Petróleo (GLP), evacuación, tratamiento y transporte de gas y su función en el proceso hacia energías más limpias.
Desafíos
El límite de la capacidad de transporte emerge como uno de los obstáculos para el desarrollo de Vaca Muerta. Así lo señaló Locreille: “es necesario seguir construyendo redes de transporte desde los yacimientos y también gasoductos porque el Néstor Kirchner queda chico para Vaca Muerta”.
Además, explicó que el gas proveniente de ese yacimiento “es distinto porque tiene un contenido de licuables, y en esto se diferencia de los convencionales. Las instalaciones quedaron desactualizadas y por eso el objetivo está en ampliar las plantas”. En base a esto, precisó “desde YPF nos encontramos trabajando en plantas de gas y construyendo nuevos gasoductos”.
En esa misma línea, Marino aseveró que “las normas deben acompañar al gas que existe en la región haciendo que el producto sea confiable y que al mismo tiempo no dañe las instalaciones de transporte, distribución y consumo, las cuales deben funcionar bien para evitar problemas en la compresión y en los ductos”.
Por esta razón, y teniendo en cuenta el potencial que tiene la industria de GLP, Locreille planteó que “es necesario removerlo porque se condensan en los caños y se generan taponamientos”.
Asimismo, agregó que “cuando se recupera el GLP y se lo comercializa es tres o cuatro veces superior al precio que tiene el gas natural en el mercado”. “Aparece una oportunidad comercial porque se generan 2,4 millones de toneladas, de las cuales solo se consumen 1,5 millones y lo demás representa saldos exportables. Chile es un potencial gran cliente y tenemos la oportunidad de exportar por camiones”. Aun así, considero que “serán necesarios nuevos ductos desde la cuenca Neuquina hasta los puntos de exportación”.
Aspectos a resolver
Otro de los temas abordados por el panel fue el declino de la producción de gas natural que registra Bolivia y el impacto que representa para la Argentina. En esa clave, Marino manifestó que “el desafío es poder llegar, desde Neuquén, a las zonas que abarca el gasoducto Norte para abastecer a la zona de Tucumán y centro y no depender de Bolivia, pero para eso necesitamos obras de ampliación del ducto y de capacidad de transporte”.
Los disertantes también debatieron sobre los picos de demanda que se generan en los períodos invernales. Gil mostró que esta situación arroja que en esa etapa del año “el consumo es seis veces más grande que el que tiene lugar en el verano lo que obliga a importar Gas Natural Licuado provocando un impacto negativo en lo económico y también en el sistema”. Y exhibió que “el pico se da porque construimos inadecuadamente el sistema de viviendas”.
No obstante, auguró que “todo esto es resoluble porque las mejoras en las viviendas se hacen con mano de obra local, lo cual generaría empleo y, eventualmente, tener una reserva y poder exportarla, lo que resolvería nuestros problemas”.
Locreille se mostró de acuerdo con esta visión y afirmó que “una forma de resolver el problema es con capacidad de almacenamiento”. Y añadió que “se necesita más capacidad de transporte y legislación porque el techo está en las instalaciones que faltan construir y la necesidad de tener socios que quieran invertir”.
Se refirió a los jóvenes presentes y dijo “hay otra cuestión, la local, y es que faltan profesionales, ingenieros de todas las especialidades que se desarrollen en energía”.
En cuanto a la evacuación, Marino sostuvo que “debe existir la posibilidad de evacuar el gas y que llegue hasta los últimos puntos del sistema. Hay mucha infraestructura parada y es necesario llegar al norte, potenciar el último tramo del gasoducto de esa zona para tener capacidad de sobra y reactivar las exportaciones a Chile y llegar a Bolivia”.
Gasoducto Néstor Kirchner
Tras ser consultados por el impacto que genera el nuevo gasoducto, Marino expresó “se habla de la primera etapa porque ya en el primer invierno desplazaría la necesidad de un barco regasificador en Bahía Blanca y permitiría revertir la importación”.
En ese mismo sentido, Locreille remarcó que “Argentina importa GNL y gasoil para centrales eléctricas y esto impacta negativamente en la balanza comercial, entonces esta obra tendría un beneficio económico y de abastecimiento”.
Transición energética
Gil subrayó que “entre el 35 y 40 por ciento de la población mundial no tiene acceso a energía limpia”. “La mayoría de los países de Latinoamérica no dispone de una red de gas como la que tenemos nosotros. El mundo nos necesita para bajar sus emisiones y cuidar su salud”, aseveró.
De igual forma, indicó que “el gas tiene un rol importante en la transición energética global”. “Debería ser el reemplazante natural del carbón ya que representa una reducción que oscila entre el 40 y 50 por ciento de las emisiones”, cuantificó. Sin embargo, advirtió que “esto debería venir acompañado también de una transición del uso de la energía. “Debemos reducir los consumos para abastecer la demanda y generar un círculo virtuoso”.
Por último, concluyó que “el gas no es un combustible más, es un elemento clave que contribuye al desarrollo energético del país dado que podemos potenciar la producción a fin de exportarlo al mundo”. “Lo que es evidente es que debemos hacerlo en el tiempo limitado que se nos presenta”, finalizó.