La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) estableció un precio de referencia mínimo de 53 dólares por kilo para las exportaciones de carbonato de litio a Canadá, Estados Unidos, Corea del Sur, Corea del Norte, China, Filipinas, Taiwán, Japón, Tailandia y Hong Kong. Lo hizo a través de la Resolución General 5197/2022 de la Dirección General de Aduanas publicada este martes en el Boletín Oficial. La intención del organismo es establecer «con carácter preventivo» un valor de referencia del litio «con el propósito de que sea utilizado por las áreas de control» y evitar irregularidades.
Se trata de una medida clave porque el litio no tiene un precio de commodity en los mercados internacionales como el oro, el cobre o la soja y no contar con un valor de referencia terminó generando diferencias en las ventas al extranjero entre los únicos dos proyectos que hoy tiene en producción la Argentina. La resolución de AFIP, ente a cargo de Mercedes Marcó del Pont, era una medida reclamada por los gobiernos de Catamarca, Jujuy y Salta, donde se encuentran todos los proyectos de litio del país. Con el aumento exponencial del precio de este mineral en el mundo (a nivel internacional, la tonelada saltó de US$ 10.000 a principios de 2021 a más de US$ 60.000 en 2022), las provincias comenzaron a registrar distorsiones en los precios de exportación por parte de las compañías mineras. La medida de la AFIP generó un impacto negativo en las compañías del sector, incluso con fuertes caídas de las acciones a nivel internacional.
Una medida pensada para lo que viene
La exportación de litio todavía no es significativa en las cuentas nacionales. En 2021 el país exportó alrededor de 30.000 toneladas por casi US$ 200 millones, pero las provincias estiman que en cinco o seis años la Argentina podría exportar 800.000 toneladas de litio por US$ 4.000 millones anuales. Esto se debe a que muchos proyectos que hoy están en exploración avanzada pasarán a fase de producción y exportación.
Según indicaron a EconoJournal fuentes oficiales de Catamarca, sólo esta provincia pasará de exportar 20.000 toneladas de litio en 2022 a casi 130.000 toneladas a fines de 2023 y, según sus proyecciones, podría llegar a las 300.000 toneladas en seis o siete años.
¿Por qué un precio de referencia?
La Argentina exporta todo el litio que produce. En la actualidad hay sólo dos desarrollos en fase productiva. Uno es Sales de Jujuy, ubicado en el Salar de Olaroz y operado por la australiana Orocobre (67,5%), la japonesa Toyota Tsuho (25%) y la provincial JEMSE (8,5%). El otro es Proyecto Fénix, ubicado en el Salar del hombre Muerto de Catamarca y operado por la compañía estadounidense Livent (ex FMC).
El litio de Sales de Jujuy se exportó en diciembre a alrededor de US$ 14.000 la tonelada, según explicaron las mismas fuentes. En cambio, el proyecto catamarqueño Fénix vendió al exterior por US$ 6.000 cada tonelada para las arcas nacionales y la provincia tributó regalías al 3,5% sobre el precio de venta de US$ 10.000 la tonelada (que surge del valor promedio del mercado de exportación entre Argentina y Chile). Con esta metodología, sin un precio de referencia mínimo, las provincias afirman que se profundizan las diferencias en las exportaciones y el Estado nacional se ve perjudicado porque termina percibiendo menos regalías por el litio.
Destino de las exportaciones
La empresa Livent Corporation (subsidiaria de FMC) “no le vende directo a clientes del exterior, sino que primero hace una transferencia del litio a su casa matriz. Esto implica que no sea una venta comercial a firmas externas, sino una transferencia a su propia casa central”, explicaron desde Catamarca. Mientras que Sales de Jujuy sí exporta el carbonato de litio a clientes externos a la empresa.
Al no ser un commodity con una cotización internacional, el precio real por el cual se concretaban las transacciones estaba acordado por la parte vendedora y compradora. Sin un precio de referencia, explican desde las provincias productoras, “al país le cuesta hacer un seguimiento fino y recabar información de los contratos”.
En los hechos, se viene exportando litio desde Catamarca hacia la casa matriz de la empresa FMC a un precio de transferencia que se implementaba a través de un formulario que presentaba la empresa a la AFIP en base a los costos. “Pero el aumento del precio internacional del litio de los últimos meses provocó que este valor no tenga nada que ver con los costos de producción”, explicaron fuentes provinciales a EconoJournal.
El mecanismo nuevo que el gobierno implementó mediante la AFIP establece un precio de transferencia (o un precio FOB mínimo) de US$ 53 por kilo de carbonato de litio (US$ 53.000 la tonelada) para exportaciones entre firmas vinculadas (transacción entre la subsidiaria y su casa matriz) y también para empresas no vinculadas (venta de la exportadora a un cliente en el mercado internacional).
La Resolución General 5197 de la Administración de Aduanas afirma que “en el marco de las tareas de evaluación de riesgos, se ha realizado un estudio referido al valor de la mercadería en el que se han considerado las fuentes de información internas y externas” y como resultado la AFIP “aconseja establecer los valores referenciales para las mercaderías analizadas con el propósito de que sean utilizados por las áreas de control en el ámbito de sus competencias”.
Para el organismo a cargo de Marcó del Pont, fijar un precio de referencia para una materia prima es algo habitual y de su competencia, pero la implementación de un valor testigo para las exportaciones de litio es toda una novedad en el país e incluso a nivel internacional y generó un cimbronazo en el sector minero.
Mesa del Litio
Esta diferencia en los precios de las exportaciones de los dos únicos proyectos que por ahora exportan litio de la Argentina fue un tema central en la última Mesa del Litio, realizada a principios de mayo en Salta. Allí, los gobernadores Raúl Jalil (Catamarca), Gustavo Sáenz (Salta) y Gerardo Morales (Salta) acordaron con el gobierno nacional, sobre todo con el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, la implementación -vía la AFIP- de un precio testigo a nivel nacional para todas las exportaciones.
Las provincias querían resolver las diferencias del valor de venta al exterior del litio “con una uniformidad de criterios en cómo se determinan los precios de exportación” y que el gobierno “implemente un precio mínimo donde todas las exportaciones no puedan realizarse por debajo de ese valor”.