La energía se encuentra en el centro de la agenda política y económica a nivel mundial. La disparada de los precios del crudo y el gas, que se profundizaron con el conflicto bélico entre Ucrania y Rusia, obligaron a los países a replantearse su política energética y buscar alternativas para asegurarse de disponer de energía a un precio asequible para sus industrias y sus ciudadanos.
En ese contexto, la Argentina tiene una posición privilegiada por la cantidad de recursos energéticos que posee para impulsar el desarrollo del país y contribuir a los procesos de transición energética de otros países.
Sumado a los recursos que tiene en Vaca Muerta, la segunda reserva de gas y la cuarta del petróleo del mundo, el país se le presenta una oportunidad enorme en su Mar Argentino. Según algunas estimaciones, hay un potencial de decenas de billones de barriles de petróleo por desarrollar.
Los recientes descubrimientos de petróleo por parte de Total y Shell en la cuenca de Orange en Namibia constituyen un antecedente promisorio para la actividad exploratoria que se está planificando en el Mar Argentino, porque ambas cuencas eran contiguas hace 120 millones de años.
¿Qué implica el offshore en Argentina?
El país tiene la oportunidad de cambiar su perfil productivo con este tipo de proyectos y convertirse así en un exportador de energía al mundo, generar divisas en forma significativa y evitar las crisis recurrentes y limitaciones en las que incurre la economía nacional producto de la falta de dólares para financiar su proyecto de desarrollo.
Para tener una idea de algunas magnitudes: sólo el desarrollo de un Bloque offshore puede generar ingresos públicos (regalías + impuestos) por 32.9000 millones de dólares. Si el proyecto es exitoso, y se escala el desarrollo a la Cuenca del Mar del Norte, los ingresos para el Estado se elevarían a 98.700 millones de dólares.
Además, la industria de hidrocarburos es el de mayor efecto multiplicador de empleo de la economía. Según el Centro de Estudios para la Producción, hay 5,1 puestos indirectos por cada puesto directo. Si tenemos en cuenta que un solo proyecto podría generar 22.000 puestos directos, el efecto del empleo total es de más de 100.000 empleos. Sumado a esto, es importante señalar que los trabajadores de la industria se encuentran desarrollando una de las labores con mejores pagos de la economía.
También, hay que destacar el impacto de este tipo de proyectos sobre las PYMES que prestan servicios a la industria. La cadena actual está muy desarrollada y tiene una presencia federal, beneficiando no sólo a las empresas de las cuencas productivas sino a otras provincias con industrias de otro perfil, como puede ser la metalmecánica, la construcción y los servicios.
El país debe encarar con seriedad el debate que se está dando en la sociedad sobre el desarrollo de este tipo de recursos, sin caer en falsas dicotomías y temores infundados. La Argentina tiene una importante experiencia en el desarrollo de proyectos offshore y más de 24 millones de metros cúbicos día del gas que se consume en el país proviene de las plataformas ubicadas en la zona de Magallanes.
Estos proyectos van a estar emplazados a 300 km de la costa y se van a ir a buscar objetivos en aguas profundas, con lo cual se resguardan otras actividades comerciales que ya están desarrollándose en la zona como pueden ser el turismo y la pesca. A esto se suma, que la actividad es ambientalmente sustentable dada la elevada cantidad de recursos que se puede obtener por pozo con relación a otro tipo de operaciones.
Las operadoras están cumpliendo con un exigente proceso de aprobación de los proyectos para garantizar que el cuidado del medio ambiente sea una prioridad. Al proceso de Audiencia Pública, se suma ahora un proceso participativo y abierto a la ciudadanía para que pueda conocer los proyectos y opinar sobre sus potenciales impactos. Este tipo de mecanismos son una novedad para la industria y periten cumplir con los Pactos internacionales a los que el país adhiere en materia ambiental.
En este marco, están dadas las condiciones para que el país encare el desafío de desarrollar sus recursos en el Mar Argentino y aprovechar la oportunidad que tiene para lograr la soberanía energética y contribuir a descarbonizar las economías del mundo en el marco de las transiciones energéticas.
Otros casos
En 2007, en Brasil, se descubrió el primer gran yacimiento del presal que comenzó su desarrollo hacia 2009. Macaé, centro de las operaciones de Petrobras, pasó de ser una localidad agrícola y pesquera a un centro industrial y de servicios con varios de los mejores índices económicos de Brasil. Más de 60.000 personas y 11.000 empresas se encuentran vinculadas con la actividad.
Por otra parte, en Guyana desde los descubrimientos offshore en sus costas por grandes operadores a nivel mundial como Exxon, el país vive una situación económica que la diferencia de la región. Según la CEPAL el crecimiento de la economía del país fue del 16% en 2021 y se encamina a ser uno de los principales productores petroleros de Sudamérica.