El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, anunció hoy el incremento de un 7% para la factura final de electricidad que pagan los usuarios bonaerenses. La suba estarán vigentes a partir del 1° de abril. En concreto, el incremento alcanzará a los cuadros tarifarios de cuatro distribuidoras eléctricas del interior bonaerense: Edelap, Edea, Edes y Eden, que pertenecen al grupo Desa, liderado por el empresario Rogelio Pagano. El incremento no afecta al Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), que están bajo la órbita de Edenor y Edesur, las únicas dos distribuidoras que dependen exclusivamente del Estado nacional.
Kicillof indicó: “Estamos anunciando un aumento de 7% en la tarifa final a partir del 1° de abril e iniciamos un período de negociación y empezar a definir costos e inversiones necesarias hacia adelante”. El gobernador bonaerense estaba acompañado por el subsecretario de Energía provincial, Gastón Ghioni.
En los hechos, el 7% de aumento en la factura final equivale a recomponer los ingresos de las empresas vía Valor Agregado de Distribución (VAD) en la banda del 15 por ciento. El precio estacional de la energía seguirá congelado.
Kicillof decidió no esperar a Nación y mover antes los cuadros tarifarios de la provincia. Lo lógico —y la intención inicial de la gobernación— hubiese sido que el gobierno nacional defina qué hacer con las tarifas de Edenor y Edesur antes de que la provincia tome una decisión. Sin embargo, el gobernador optó por aumentar las tarifas provinciales de electricidad tres días del inicio de las audiencias públicas convocadas por el ENRE para definir las tarifas eléctricas de transición para Edenor y Edesur. ¿Por qué lo hizo?
Dos interpretaciones posible
La decisión de Kicillof puede interpretarse como un respaldo del sector más duro del gobierno nacional, referenciado en el Instituto Patria, que defiende una política de atraso tarifario frente a la compleja situación económica y social generada por la pandemia.
El gobernador de la mayor provincia del país habría jugado, de ese modo, como contraparte del ministro de Economía, Martín Guzmán, que aspira a mover las tarifas de gas y electricidad en un porcentaje más cercano al 20 por ciento. Desde esa óptica, Kicillof avaló la posición de Federico Basualdo, subsecretario de Energía Eléctrica, y Federico Bernal, interventor del Enargas, que en las últimas semanas instalaron en la agenda pública la necesidad de que las tarifas aumenten muy por debajo de la inflación.
Sin embargo, allegados a la gobernación provincial trazan otra interpretación posible. Advierten que preocupado por la dilación de los plazos del proceso de recomposición tarifaria, que debía estar listo para el 1º de abril pero que va camino a postergarse al menos hasta mayo, Kicillof decidió aumentar las tarifas provinciales al menos 7% para cortar de cuajo la posibilidad de que el congelamiento se extienda durante todo 2021.
De hecho, las fuentes consultadas señalan que la voluntad del gobernador de Buenos Aires es otorgar un segundo aumento de las tarifas después de las elecciones legislativas de octubre, aunque esa agenda parece muy lejana.
Críticas a Vidal
Kicillof criticó también a la gestión anterior de María Eugenia Vidal y subrayó que “para cumplir lo que dejó firmado (la ex gobernadora) tendríamos que triplicar las tarifas”. Según explicó el gobernador, “en 2017 Vidal firmó en las revisiones tarifarias integrales (RTI) un acuerdo donde yo hoy tendría que estar anunciando un aumento del 217% de las tarifas”.
En agosto del año pasado, el gobierno provincial había acordado con el holding Desa la prórroga del congelamiento tarifario hasta fines de 2020, en línea con la decisión del gobierno nacional de postergar el aumento de tarifas por la pandemia del Covid-19.