Por Lucas Lufrano
El mundo se encamina hacia una matriz energética más limpia. Esa visión es unánime entre todos los actores con alguna participación en el negocio de la energía. Sin embargo, aún persiste el interrogante sobre cómo resolver las fluctuaciones en la disponibilidad de recursos que ofrecen las fuentes renovables. En ese escenario, en el marco del Business 20 (B20), –el grupo que representa al sector privado en el G20–, se empezó a discutir hace un tiempo el papel de soporte que podría brindar el gas en esta etapa de transformación y abandono paulatino de los combustibles fósiles.
Frente a la presunta dicotomía entre el desarrollo de las renovables y la explotación de Vaca Muerta, Téofilo Lacroze, presidente de Shell Argentina, anticipa que el crecimiento del país requerirá una oferta donde se complementen ambas fuentes. Sucede que
—en su opinión— mientras retrocede globalmente el uso del carbón, el reservorio no convencional de Neuquén se convertirá en un agente clave para aprovechar la mayor demanda de gas natural de otros países.
El gas actúa como un socio de las renovables en la transición hacia una matriz más limpia, ya que resuelve de forma inmediata el desafío de intermitencia de aquéllas.
La filial local de la multinacional anglo-holandesa vendió recientemente sus activos en downstream a Raízen, un joint venture que se divide en partes iguales entre la propia Shell y el grupo Cosan de Brasil. Lacroze vivió algunos años en el gigante del Mercosur antes de regresar a la Argentina. Licenciado en Administración de Empresas con un MBA en Estrategia, se desempeñó en el país vecino como ejecutivo de alto rango del holding desde mayo de 2011 hasta mediados de 2015, cuando desembarcó en Buenos Aires para reemplazar al ahora ministro Juan José Aranguren.
“La Argentina está en una posición de privilegio para acompañar esa metamorfosis a escala global con la mayor oferta de gas natural que tendrá disponible una vez que se produzca el desarrollo pleno del yacimiento neuquino”, destaca Lacroze en diálogo con Revista TRAMA.
La demanda en una Argentina pujante y desarrollada como la que pretendemos superará ampliamente las posibilidades de generación a través de fuentes renovables.
En las últimas discusiones del B20 se mencionaron las virtudes del gas como combustible de la transición energética desde los fósiles hacia las renovables. ¿Cómo se explica ese razonamiento desde una mirada global y cómo se aplica en la Argentina?
Tanto a nivel local como global estamos atravesando una importante transición energética. En el plano internacional se está dando un cambio progresivo pero sin pausa en la matriz global, donde disminuye la participación del carbón, el combustible que mayores emisiones genera, y se lo reemplaza por otras fuentes de energía menos contaminantes, como el gas natural. Éste actúa como un socio de las renovables en la transición hacia una matriz más limpia, ya que resuelve de forma inmediata el desafío de intermitencia de aquéllas. La Argentina, que cuenta con un potencial notable en gas natural gracias a Vaca Muerta, puede ser un gran actor de cambio en esa dirección.
La principal recomendación del B20 es acelerar la transición hacia energías sustentables y limpias. En la Argentina, ¿cómo debe interpretarse esa posición en relación con el desarrollo de Vaca Muerta?
El desarrollo de Vaca Muerta no es incompatible con la transición hacia una matriz energética más sustentable. La Argentina está en una posición de privilegio para acompañar esa metamorfosis a escala global con la mayor oferta de gas natural que tendrá disponible una vez que se produzca el desarrollo pleno del yacimiento neuquino. A su vez, no todos los segmentos, sectores y países que precisan de energía para funcionar cuentan con las mismas opciones o velocidades de transformación. En Shell creemos que todas las fuentes serán necesarias para satisfacer la demanda mundial y nuestro compromiso es brindar a los clientes soluciones amplias garantizando que cada vez sean más limpias y sustentables.
¿Cómo debería propiciarse el desarrollo masivo de Vaca Muerta desde la perspectiva de un modelo de negocios circular como el que propone el G20?
El objetivo de una economía circular es retener el mayor valor posible de los recursos, productos, componentes y materiales para crear un sistema basado en ciclos de largo plazo, reutilización óptima y reciclaje. Mejorar la eficiencia y sustentabilidad en el uso de energía a lo largo de su ciclo de vida es fundamental para lograr una transición energética hacia soluciones más limpias y sustentables. Promover la eficiencia energética y el consumo sostenible también es clave. Aplicando los principios de economías circulares, las compañías pueden reducir pérdidas, aumentar productividad y lograr mayor producción y crecimiento utilizando menos unidades de energía para conseguirlo.
En el ámbito local parece existir cierta antinomia entre aquellos que defienden el desarrollo de las energías renovables y quienes impulsan la explotación de Vaca Muerta y los recursos hidrocarburíferos. ¿Cómo se salda esa discusión? ¿Existe complementariedad entre ambas tecnologías?
Como decía antes, el desarrollo de Vaca Muerta es totalmente compatible con el impulso a las energías sustentables. La demanda en una Argentina pujante y desarrollada como la que pretendemos superará ampliamente las posibilidades de generación a través de fuentes renovables, por lo cual el bienvenido incremento de la participación de la energía eólica y la solar coexistirá con otras fuentes como el petróleo y el gas.
Shell es una de las compañías que más avanzó con proyectos piloto de shale oil en Vaca Muerta. Con el precio del crudo en torno a los u$s 75 u u$s 80 es esperable que la inversión en él aumente a nivel global. ¿Cómo se vinculará la tendencia de mayor actividad hidrocarburífera con el boom de las renovables que se vive en todo el mundo?
Son caminos paralelos que deberán convivir para tener un abastecimiento energético más amplio y al mismo tiempo más sustentable. El Grupo Shell tiene un protagonismo activo y comprometido con la búsqueda de una matriz más sustentable a nivel global. Ha impulsado la investigación e innovación tecnológica en energías renovables –biocombustibles, hidrógeno, CCS (Captura CO2), solar y eólica− y está constantemente perfeccionando sus procesos para hacerlos más eficientes y sustentables. En la Argentina afrontamos un importante horizonte de aprendizaje en base a la experiencia de los más de cien países donde Shell está presente. Pero, al mismo tiempo, el potencial que ofrecen los hidrocarburos es el que permitirá garantizar la seguridad energética para que este recurso llegue a todos los habitantes del país. ×