La percepción de los inversores internacionales en cuanto a las oportunidades que ofrece la Argentina se convirtió en un terreno de discusión dialéctica. En los inicios de la administración de Cambiemos, el gobierno elevó las expectativas prometiendo la llegada de una oleada de inversiones en 2016 y 2017 que finalmente no se concretó. Desde ese punto de partida, Néstor García, socio líder de Energía y Recursos Naturales de KPMG, una de las mayores consultoras de asesoría del planeta, y Diego Calvetti, director de Oil & Gas y Minería de la compañía, analizaron en diálogo con Revista TRAMA los desafíos que tiene por delante el país para traccionar inversiones y desarrollos en sectores estratégicos para consolidar un crecimiento a largo plazo como la energía, Oil & Gas, minería y grandes proyectos de infraestructura.
Financiamiento para los proyectos
«Uno de los mayores problemas es el acceso a una financiación competitiva», asegura Calvetti. Y agrega que «una carencia de la Argentina es no contar con un fuerte mercado de capitales. Financieramente, todo inversor, innovador o emprendedor quiere hacer una IPO (Initial Public Offering, por su expresión en inglés). Pero eso no existe en el país y, de alguna forma, las empresas en el panel se van reduciendo o pierden valor de capitalización. Esto podría solucionarse con leyes, reglamentaciones y reformas en las que se está trabajando en el Congreso».
En la misma línea, García comenta que «la Comisión Nacional de Valores (CNV) está haciendo un buen trabajo, pero todo lleva tiempo. Por más que se están haciendo muchas cosas en muchos frentes, aún se nota cierta lentitud de algunos aspectos que son necesarios para empujar los negocios». «Si bien sería muy bueno que fueran más veloces, son tantos los cambios que hay que hacer, que debemos esperar a que se desarrollen», añade García.
Seguridad jurídica y política
Entre los años 2005 y 2015, la Argentina pasó de ser un país exportador a ser importador neto de energía, fundamentalmente por la caída de la producción de gas y petróleo. El período dejó en evidencia el importante desfasaje que generaron las políticas públicas aplicadas a la oferta (precios no rentables, incertidumbre) y a la demanda (tarifas subsidiadas). Luego de varios ajustes de orden macroeconómico, la recuperación y mejora de la competitividad de los sectores productivos aún enfrenta desafíos en los marcos normativos, regulatorios e impositivos.
«Venimos de 12 años de un esquema de gobierno peronista que perdió por una escasa proporción de votos. En algún momento, ese peronismo se puede reunificar, aunque aún no está claro alrededor de quién. Es lógico que el inversor no sólo tenga que estar mirando el presente, sino que también analice las posibilidades de que surja alguien más o menos pro-mercado», analiza García. «La clave es saber si dentro de cuatro años las reformas que está planteando ahora el gobierno van a perdurar, si vamos a retroceder 12 años o si habrá alguien que construya sobre lo que dejó el gobierno, si éste cambia. Creo que ése es otro de los grandes temores de los inversores», se explaya. Y añade: «Un inversor también mira la región. Por ejemplo, las elecciones en Brasil son importantes, sobre todo si hay algún impacto vía el Mercosur u otros tratados comerciales internacionales».
En opinión del ejecutivo de KPMG, se acortan los tiempos para dar señales contundentes de cambio de política energética y de poder aprovechar las ventanas de oportunidad que aparezcan o que ya estén en desarrollo.
El impacto medioambiental y social
Aquí entra en juego la tan mentada «licencia social» y cómo la gente interpreta la actividad energética, principalmente la minera. «El gobierno y las empresas tienen que hacer foco en educar a los ciudadanos y publicitar los buenos resultados y las actividades responsables, ya que un inversor no ve de manera positiva el hecho de ingresar divisas a un proyecto y que éste se paralice por una protesta en el lugar», ejemplifica Calvetti. Situaciones de este tipo suelen acontecer en el área de competencia de varios proyectos mineros.
«Lo hemos conversado con la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM) –comenta García–. Estamos convencidos de que hay que educar a la gente en el sentido de las ventajas que tiene la utilización de la minería, en qué productos recala y cómo las personas utilizan esos productos».
Calvetti sostiene que la Cámara está empujando el programa «Hacia una Minería Sustentable (HMS)». Esta iniciativa fija estándares internacionales de calidad y control para garantizar una actividad minera responsable. El HMS fue creado por la Asociación Minera de Canadá y plantea parámetros e instancias de control externo para las compañías mineras.
«El programa se presentó hace dos años y ya se comenzó a trabajar con una serie de protocolos de buenas prácticas mineras. Eso nos convertiría en el primer país en utilizarlo, porque el propio Canadá aún lo está trabajando», afirma Calvetti.
Recursos humanos y tecnología
En 2017, en el marco de un acuerdo entre el gobierno nacional, los sindicatos y las empresas, destinado a impulsar el desarrollo de Vaca Muerta, se firmó una adenda a los convenios colectivos de trabajo 637/11 y 644/12, vinculada con actividades dedicadas a la extracción de los hidrocarburos no convencionales en Neuquén. Aún queda, sin embargo, un camino a transitar para actualizar las normativas existentes, darles mayor claridad y adecuarlas a los escenarios tecnológicos y de trabajo actuales.
Según Calvetti, «hay que aceitar bien el acuerdo laboral. Es decir, darle otro marco, que no sea una adenda o un convenio colectivo sino algo más contundente, que tenga mayor fuerza, que pueda ser aceptada por todas las partes y que sea razonable». Es que la explotación convencional también necesita aggiornarse: actualmente un convenio colectivo de trabajo indica cuánta gente tiene que haber en un equipo de trabajo de perforación, y la realidad es que la tecnología ha avanzado tanto que ese número ha quedado desvirtuado, advierte el directivo de KPMG.
García retoma el concepto y asegura que «si se mejora la rentabilidad y la eficiencia, también se podrá incrementar la cantidad de equipos de trabajo y subir la productividad». «Creo que todavía hay mayores valores para capturar; en la medida en que se mejore la infraestructura, se desarrollen proveedores locales, se incremente la utilización de tecnología y se capacite a la gente, se va a ir ganando eficiencia», enfatiza.
Inflación
Sin duda, el incremento de los precios en la economía local es un tema central. «Aunque desde el gobierno nacional se está trabajando fuertemente para paliar uno de los temas que más impacta no sólo en la economía general, sino en la decisión de un inversor de traer sus operaciones a la Argentina, la inflación sigue siendo un parámetro importante a la hora de tomar decisiones», dice García.
El ejecutivo afirma que «se están implementando las políticas necesarias para reconquistar a los inversores. Pero hay que reconocer que la inflación los preocupa. Y si bien va bajando, y ojalá continúe en ese camino, lo hace en menor medida de lo establecido y lo esperado. Cuesta más porque hay un aumento de tarifas de gas y electricidad que estaban retrasadas y que se traslada a los precios. Es algo que preocupa. Argentina es uno de los países del mundo con alta inflación».
Aun así, García relativiza el impacto negativo. «La inflación debe ser evaluada sólo como una variable más, no como la definitiva para decidir una inversión. Hay que tomar todo como un combo. También hay que evaluar las políticas de estos años que apuntan a una estabilidad duradera, a crear marcos adecuados y sostenibles que no sean modificados tan seguido. Siempre cuando un inversor mira tiene en cuenta un todo, y Argentina está mejorando en todo».
Infraestructura y offshore
Hay necesidad de mayor inversión en infraestructura, no sólo en lo referido a los requerimientos para explotar recursos no convencionales sino también en materia de distribución y transporte, logística, construcción en general, caminos y comunicaciones.
«El gobierno está centrado en energía e infraestructura que, obviamente, son dos grandes pilares para movilizar toda la economía del país. En energía están los recursos no convencionales, las energías renovables y todo lo que va a disparar en algún momento, como por ejemplo, las áreas offshore. Casi todo esto está por desarrollarse, porque Vaca Muerta se encuentra en un primer estadio. En minería, el litio se está desarrollando. Y algunas provincias son muy mineras pero se hallan en una primera etapa, muy germinal. Hay una tendencia positiva hacia el cumplimiento de determinados requisitos», destacó García.
Calvetti advierte, sin embargo, que «mi mayor miedo es que la Argentina se quede en el camino de la reforma. Que por querer ir muy rápido o muy lento, no llegue a ningún lado. Hoy está todo bastante enfocado y el ambiente internacional es bastante propicio. No existe un viento de cola del boom de los commodities, pero tampoco hay viento de frente». ×