El gobierno de Lula da Silva realizará una subasta de gas natural para ofrecer a la industria brasileña precios muy por debajo de los que actualmente abona por el insumo. Si bien la estatal Pre-sal Petróleo (PPSA) ofrecerá pocos volúmenes de gas, la subasta servirá de caso testigo para transparentar los costos de acceso a la infraestructura de transporte y procesamiento de gas de presal de Petrobras.
El Ministerio de Minas y Energía dará en agosto el último paso procedimental para poder realizar la primera subasta de gas estructurante de la Unión para las industrias a través de PPSA, la empresa que representa al Estado en los contratos de producción compartida con Petrobras y otras petroleras. Bajo este régimen, las petroleras ceden al Estado una parte del excedente de su producción de petróleo y gas.
El objetivo declarado es ofertar a la industria un gas a un precio por debajo de los US$ 7 por millón de BTU, como parte de los esfuerzos englobados en el programa Gas para Empregar que busca incrementar la disponibilidad de gas a un precio competitivo para las industrias en general y la de fertilizantes en particular. El sector industrial paga actualmente precios en el orden de los US$ 14 por millón de BTU.
La expectativa oficial es que PPSA pueda subastar hasta 3 MMm3/d de gas a entregar a partir de 2029. Se trata de volúmenes pequeños para la demanda industrial actual, que se ha mantenido relativamente estable, en torno a los 40 MMm3/d.

Costos de acceso elevados
La subasta está siendo estructurada de forma tal de reducir los costos de acceso a la infraestructura de Petrobras, que consiste en los gasoductos que transportan el gas desde los campos offshore de presal hasta la costa y las unidades de procesamiento. De fondo, opera la intención de transparentar esos costos, considerados elevados por la industria y el gobierno. El gobierno buscará reducirlo a US$ 2 por MMBTU, dos veces menos el precio que los agentes estarían pagando a Petrobras.
Sintéticamente, el gobierno aplicará en esta subasta una metodología para fijar una remuneración máxima para el Sistema Integrado de Transporte (SIE) y para el Sistema Integrado de Procesamiento (SIP) en Río de Janeiro y São Paulo, que son propiedad y operados por Petrobras. Esta metodología fue propuesta en marzo por la Empresa de Pesquisa Energética (EPE), una agencia federal encargada de la planificación energética.
La EPE utilizó un escenario base para llegar a calcular y proponer un costo de acceso al SIE y al SIP total de US$ 2,02 por millón de BTU en el primer año, que con el tiempo disminuye a US$ 1,11. Este costo evaluado por la EPE contrasta con un estudio técnico realizado para el programa Gas para Empregar que incluyó un relevamiento entre agentes de la industria.
Esta encuesta del 2023 arrojó que las empresas estaban pagando US$ 6,4 por millón de BTU para acceder a la infraestructura de Petrobras (tres veces el costo propuesto por EPE). La petrolera no brindó al grupo técnico de Gas Para Empregar información sobre sus precios, alegando que forma parte de su «estrategia comercial y secreto de negocio».
El director del Departamento de Gas Natural del Ministerio de Minas y Energía, Marcello Weydt, afirmó en la presentación de la metodología propuesta por la EPE que es un «primer gran paso» para iniciar el debate sobre la remuneración de la infraestructura en el mercado brasileño.
El Foro del Gas, una iniciativa que agrupa a distintas asociaciones industriales, también celebró la propuesta de la EPE. «Uno de los factores que mantiene los precios del gas tan altos en Brasil es la falta de transparencia sobre los componentes del costo de la molécula. Y la EPE está empezando a reaccionar», dijo su coordinador general, André Passos.