El sector energético argentino tiene en carpeta numerosos proyectos de desarrollo hidrocarburífero y de infraestructura, pero en la actualidad no cuenta con el financiamiento para poder concretarlos. En ese contexto restrictivo, el mercado nórdico de bonos corporativos surge como una alternativa aún poco explorada en el ámbito local. Juan Pablo Schulman, socio de Horizon Partners, firma internacional con más de 20 años de trayectoria, que viene trabajando activamente para acercar esta opción a compañías argentinas. “Se trata de un ecosistema financiero altamente desarrollado, particularmente atractivo para empresas de petróleo, gas y energías renovables que buscan levantar entre US$100 y US$400 millones”, sostiene.

–¿Cuál es el objetivo de este nuevo enfoque?
–Desde Horizon estamos impulsando una nueva alternativa de financiamiento para compañías argentinas en mercados internacionales. A medida que Argentina avanza en su estabilización macroeconómica y flexibilización del control de capitales, es un momento propicio para que las empresas con necesidades de inversión comiencen a prepararse para acceder a mercados globales. Frente a las limitaciones del mercado local y la saturación de otros mercados internacionales, diversificar las fuentes de financiamiento y explorar alternativas como el mercado nórdico puede marcar la diferencia en la ejecución de los planes de crecimiento.
–¿Qué ofrece el mercado nórdico de bonos corporativos?
–Se trata de un ecosistema financiero altamente desarrollado, particularmente atractivo para empresas de petróleo, gas y energías renovables que buscan levantar entre US$100 y US$400 millones. En comparación con los bonos RegS o 144A en EE. UU., este mercado permite emisiones con estructuras a medida, procesos más ágiles y costos sustancialmente menores. Por ejemplo, no se requiere calificación crediticia internacional ni comfort letter del auditor. Además, los costos legales suelen ser mucho más bajos, y las exigencias de disclosure y mantenimiento son menos onerosas para el emisor. Para emisiones iniciales, el proceso completo puede demorar entre 8 y 10 semanas, y es incluso más corto para emisores recurrentes. En esencia, es una alternativa funcional al mercado 144A/RegS, pero con menor burocracia y menores montos mínimos de emisión.
–¿Qué tipo de inversores participan?
–Principalmente inversores institucionales internacionales con alto grado de sofisticación: fondos de deuda, fondos high yield, asset managers y family offices. Muchos de estos jugadores tienen una fuerte exposición y apetito por riesgo corporativo en mercados emergentes, particularmente en el sector energético. Además, hay una mayor presencia de capital europeo, lo que permite diversificar geográficamente la base de inversores. Las emisiones pueden estructurarse como bonos sin garantía a plazos de hasta 7 años, con tasas competitivas. Se aceptan esquemas bullet o amortizables, según la preferencia del emisor, y los bonos pueden listarse en mercados reconocidos como Oslo, Luxemburgo o Frankfurt.

–¿Cómo ha sido la recepción en Argentina?
–En junio realizamos un roadshow en Buenos Aires, donde nos reunimos con unas 20 empresas clave del sector energético: productoras de hidrocarburos, compañías de midstream, generadoras eléctricas y energías renovables. El objetivo fue doble: presentar las ventajas de esta alternativa de financiamiento y conocer en profundidad los planes de inversión de cada empresa. La recepción fue muy positiva. Muchas compañías no conocían esta posibilidad y valoraron que se trata de una herramienta concreta, con casos exitosos en países como Brasil y México. Además, destacaron la posibilidad de emitir montos intermedios —mayores a los del mercado local, pero menores que en EE. UU.— con menos complejidad. Actualmente estamos avanzando en conversaciones con varios potenciales emisores locales.
–¿Qué desafíos anticipan para el desarrollo de este mercado en Argentina?
–El principal desafío no es estructural, sino cultural: animarse a explorar una herramienta nueva. En ese sentido, nuestro rol como asesores es clave para guiar a las compañías durante todo el proceso. Existen casos comprobados y un ecosistema financiero ya maduro que respalda estas emisiones.
–¿Cuál sería el mensaje final para las empresas energéticas argentinas?
–Diversificar las fuentes de financiamiento no es una opción, es una necesidad estratégica. El mercado nórdico de bonos corporativos representa una ventana real y efectiva: hay capital disponible, apetito por riesgo argentino y un fuerte enfoque en energía. Con el respaldo de Horizon Partners y nuestra experiencia conectando compañías latinoamericanas con capital internacional, las empresas argentinas tienen una vía concreta para acceder a ese financiamiento. Es el momento ideal para abrir nuevos caminos.