El ex ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, remarcó que Argentina está transicionando de una economía cerrada a una cada vez más desregulada e insertada al mundo. “Argentina está cambiando su estructura de motores desde el punto de vista de actividad productiva. Antes teníamos solo un sector que traccionaba y el mercado interno. Hoy tenemos los sectores de agroalimentos, energía, minería y todo lo que tiene que ver con el sistema de servicios basados en el conocimiento”, aseguró al exponer en el Supplier Day organizado por EconoJournal. “A mediano plazo el tipo de cambio va a ser menor en términos reales que en las décadas anteriores. Por lo tanto, tenemos que trabajar sobre la competitividad: impuestos, costos, regalías y convenios colectivos de trabajo”, agregó.
Sica remarcó que Argentina viene de una economía totalmente desequilibrada, en la que no había precios, se estaba al borde de la hiperinflación y donde había un conjunto de restricciones microeconómicas. “Lo que salvaba a la empresa de la crisis macro era la mirada financiera. El tipo más importante de la empresa era el tesorero, el CFO. Si uno mira ese período, la mayoría de las ganancias eran más financieras que operativas”, subrayó.
“Estamos transicionando a una economía con fundamentals macro mucho más sanos, donde se recuperaron las cuestiones fiscales y donde el tipo de cambio empezó a flotar. Si la economía sigue este rumbo, a fin año vamos a estar de nuevo en los mercados internacionales con una economía mucho más desregulada y mucho más competitiva”, sostuvo.

“Nos estamos integrando a un proceso global de comercio y por lo tanto tiene que haber regulaciones que sean más de ataque que de defensa. Toda nuestra estructura regulatoria estaba hecha para defendernos y ahora estamos generando un sistema de regulaciones que son para ser competitivo y conquistar mercados”, remarcó.
En este nuevo contexto, recomendó dejar atrás el concepto de resilencia que fue el que ayudó a las empresas a sobrevivir en las décadas anteriores e ir a un concepto de adaptación, de innovación y de generación de valor. “La tecnología ya no es una mejora de la innovación, la tecnología es lo que te permite seguir estando dentro del negocio”, dijo.
“Hay que empezar a mirar como esos nuevos ecosistemas están traccionando y empezar a relacionarse con esas cadenas. Hay un cambio en la matriz productiva argentina que están cambiando los esquemas de economía política. Estos cuatro ecosistemas tienen un denominador común que son inversiones para el mercado global. No son inversiones para el mercado interno. Esto cambia la lógica de acción”, insistió.
La mira en los convenios colectivos
“Vamos a dar un salto exportador no por precio sino por cantidad. Aparte del sector agropecuario vamos a tener una secuencia que incluye petróleo, litio, gas y cobre. Esa es la secuencia que vamos a tener. A mediano plazo el tipo de cambio va a ser menor en términos reales que en las décadas anteriores. Por lo tanto, tenemos que trabajar sobre la competitividad: impuestos, costos, regalías y convenios colectivos de trabajo”, remarcó.
“Vamos a tener que discutir todos los convenios colectivos de trabajo. Los convenios colectivos de trabajo de la Argentina no son compatibles con una economía integrada al mundo. El 50% de los convenios colectivos de Argentina son de la década del 80 para atrás. Ahí hay unos costos extra salariales adentro de los convenios que hacen que sea incompatible con la realidad actual”, agregó Sica.

En contra del régimen de compre local
El ex ministro del gobierno de Mauricio Macri también le apuntó a las leyes de compre local. “Las leyes de compre local atentan contra la competitividad de la cadena productiva. El desarrollo de Vaca Muerta, sumado al desarrollo de minería, hacen crujir a toda la cadena de abastecimiento y logística de la Argentina. Un compre local fomenta la producción local, pero te quita escala y hoy para ser productivo se necesita tener escala. Tenemos que tener un programa de desarrollo de productores muy importante”, aseguró.
Luego remarcó que “la licencia social no solo tiene que ver con las cuestiones ambientales sino también con las cuestiones de desarrollo local. Hay un tema de incompatibilidad. No se puede desarrollar un microsistema de proveedores en Neuquén y otro microsistema de proveedores para la minería en San Juan porque no te da la escala. En eso tenemos que trabajar mucho”.