Casi el 60% del valor de las exportaciones brasileñas a los EE.UU. quedaron finalmente eximidas del arancel del 50% que la administración de Donald Trump le fijó al país sudamericano. Entre los productos que pudieron eludir la suba sobresalen hidrocarburos, combustibles, mineral de hierro y acero. De todas formas, el incremento arancelario marca una puja de carácter más político que comercial con el gobierno de Lula da Silva.
El gobierno estadounidense confirmó este miércoles por decreto que elevará el arancel sobre Brasil de un 10% actual a un 50% a partir del seis de agosto. Un listado de 694 productos brasileños quedaron eximidos, entre los que destacan aviones civiles, arrabio, pulpa de madera, energía y fertilizantes.
En cambio, sorprendió a los mercados que las importaciones de café y cacao pagarán el arancel. El secretario de Comercio de los EE.UU., Howard Lutnick, había dicho esta semana que consideraban no aplicar aranceles a productos que su país no produce.
Por otro lado, sectores como el plástico y la manufactura quedaron afectados y salieron a criticar la medida. En cambio, el sector de petróleo y gas celebró la exclusión de los hidrocarburos y combustibles.
El Instituto Brasileño de Petróleo y Gas (IBP) consideró que la exención reconoce la «importancia estratégica del sector» en el comercio bilateral y «preserva los flujos comerciales y las inversiones».
El gobierno brasileño evaluó que la medida arancelaria de EE.UU. es menos grave de lo previsto. «No estamos enfrentando el peor escenario», dijo el secretario del Tesoro del Brasil, Rogerio Ceron.
Exportaciones de crudo a EE.UU.
El tema preocupaba a algunas petroleras que exportan principalmente a los EE.UU., aunque no representaba un problema mayor para Petrobras.
Brasil exportó alrededor de 189.000 barriles por día a los EE.UU. en el primer trimestre del año, representando el 11% de sus exportaciones totales de crudo, según datos de Vortexa y Kpler recopilados por Argus Media. La cifra está muy por detrás de las exportaciones a China (654.000 bpd) y Europa (446.000 bpd).
La exposición de la petrolera estatal Petrobras al mercado estadounidense es mínima. Las ventas de crudo a EE.UU. en el segundo trimestre representaron el 8% de sus exportaciones mundiales. En cambio, el impacto de un arancel de 50% habría sido mucho mayor para otras productoras más pequeñas.

Puja política con Brasil
Trump había fijado para el 1° de agosto la oficialización de los «aranceles recíprocos» que viene postergando desde el Día de la Liberación. En ese momento solo dejó firme el arancel general de 10% y abrió negociaciones país a país y con la Unión Europea que se extendieron hasta ahora.
La Unión Europea y muchos países lograron cerrar acuerdos comerciales a cambio de rebajas sustanciales en los aranceles inicialmente anunciados. El último país fue Corea del Sur, que logró este jueves una reducción del 25 al 15% en el arancel que sus productos deberán pagar, a cambio de comprometerse a realizar inversiones y comprar energía a los EE.UU.
Brasil y la Argentina iban a quedar entre los países que solo pagarían el arancel general del 10%, ya que suelen registrar déficits comerciales con los EE.UU. En el caso de Brasil, el país registró en 2024 un déficit con los EE.UU. de US$ 6800 millones.
Sin embargo, Trump sorprendió a Brasil en julio con una carta en la que denunció una persecución política y judicial contra el ex presidente Jair Bolsonaro. En consecuencia, el presidente anunció que elevaría el arancel al 50% si no cesan las causas judiciales contra Bolsonaro.
La tensión también escaló en las horas previas a la publicación del decreto. El Departamento del Tesoro de los EE.UU. impuso sanciones contra el juez del Tribunal Superior de Justicia del Brasil, Alexandre de Moraes, al que acusa de violaciones a los derechos humanos y la libertad de expresión.
El presidente brasileño defendió a Moraes y rechazó de plano el planteo de Trump, al considerar que la medida arancelaria tiene “una motivación política” y advertir que esa intención “socava la soberanía nacional y la relación histórica entre ambos países”.
Lula advirtió que Brasil “mantiene su disposición a negociar los aspectos comerciales de su relación, pero no renunciará a los instrumentos de defensa del país previstos en su legislación”.