El Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas) realizó el martes de la semana pasada una audiencia pública para analizar los pedidos de extensión por 20 años de las licencias de Metrogas, Camuzzi Gas Pampeana y Litoral Gas que vencen en diciembre de 2027. Representantes de las tres empresas expusieron allí sus principales logros de gestión para justificar las solicitudes. Sin embargo, sobre el final del encuentro Pedro Bussetti, presidente de la asociación de consumidores Deuco, sorprendió al destacar el alto porcentaje de hogares que no tienen acceso a gas natural en el área de concesión de las tres distribuidoras.
Bussetti aseguró que en los once distritos del conurbano bonaerense donde brinda servicio Metrogas, el 40,3% de los hogares no tiene gas natural, mientras que en la Ciudad de Buenos Aires ese porcentaje es del 21,5%. En el área de concesión de Litoral Gas la cifra trepa al 50,6% y en el área de Camuzzi Gas Pampeana se eleva al 31,9%. Los datos surgen del censo nacional de 2022, año en el que las concesiones privadas cumplieron 30 años.
El Observatorio del Conurbano Bonaerense de la Universidad Nacional de General Sarmiento fue un paso más allá y comparó las cifras de hogares sin gas natural del Área Metropolitana de Buenos Aires surgidas del censo 2022 con las de los censos de 2001 y 2010. El resultado muestra que no solo no mejoró el porcentaje de hogares con cobertura de gas natural, sino que incluso empeoró.
En la Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, en 2001 solo el 2,9% de los hogares no tenía acceso a la red de gas natural y en 2022 ese porcentaje se elevó al 21,5%. En los 24 distritos del conurbano, en el mismo período los hogares sin gas natural treparon de 35,8% a 41,0%. En los últimos años no ha habido variaciones significativas.
Si uno analiza los distritos bonaerenses ve que la situación no es pareja ya que algunos incrementaron su porcentaje de cobertura y otros empeoraron significativamente. Entre los que progresaron sobresale Ezeiza donde en 2001 solo el 34,11% de los hogares tenía acceso a la red de gas natural, mientras que en 2022 esa cifra había llegado al 50%. También se observa una mejora en Florencia Varela, aunque es uno de los tres distritos con peor cobertura junto con Moreno y Merlo. En esa localidad del sur bonaerense en 2001 solo el 31,4% de los hogares tenía acceso al gas natural y en 2022 el porcentaje subió al 42,4%.
La contracara son La Matanza y Vicente López. En La Matanza en 2001 el 65,1% tenía gas natural y en 2022 la cobertura había caído al 52,3%, mientras que en Vicente López en el mismo lapso el porcentaje cayó del 94,9% al 81,2%.

El impacto del atraso tarifario
En la audiencia pública, las distribuidoras destacaron que desde el inicio de sus concesiones en 1992 incrementaron la extensión de sus redes y la cantidad de hogares a los que le prestan servicio, pero en ningún momento hablaron de porcentajes de cobertura.
Al citar la estadística de hogares sin cobertura de red de gas natural Pedro Bussetti preguntó cuánto hay de responsabilidad de las distribuidoras y cuánto del Estado en esa situación. Es difícil establecer una ponderación, pero no hay dudas de que el congelamiento tarifario que se aplicó luego de la salida de la convertibilidad y que se extendió prácticamente durante todo el kirchnerismo influyó negativamente en la expansión de la red de gas natural porque, amparadas en el incumplimiento estatal de los contratos y con los ingresos recortados, las distribuidoras se limitaron a tratar de garantizarles el servicio a sus clientes, reduciendo al mínimo o directamente abandonando los planes de expansión de la red.
Metrogas mostró en la audiencia que desde que obtuvo la concesión en 1992 invirtió US$ 36 millones por año en promedio, pero entre 1993 y 2001 el promedio anual de inversión fue de 55,4 millones y entre 2002 y 2016, período en el que el valor de las tarifas se redujo a su mínima expresión por decisión de los gobierno kirchneristas, la inversión retrocedió hasta los US$ 20,8 millones por año en promedio. Entre 2017 y 2019, la inversión anual se recuperó hasta alcanzar los US$ 63 millones anuales por año, de la mano de los aumentos tarifarios que aplicó el macrismo, y entre 2020 y 2024 esa inversión volvió a caer promediando US$ 28,6 millones por año.

Incluso los acuerdos tarifarios que firmó el gobierno de Alberto Fernández con distribuidoras y transportistas en mayo de 2021 decían en el punto 4 de la cláusula segunda que “durante el presente Acuerdo Transitorio de Renegociación no se contempla un plan de inversiones obligatorias a ejecutar por la licenciataria”. De ese modo, al no permitir que las tarifas se actualizaran al ritmo de la inflación, se autorizó formalmente a los privados, como moneda de cambio, a suspender sus programas de inversión.

Las cifras citadas por Metrogas dejan en claro que la inversión tiene una correlación directa con la evolución de las tarifas. Por lo tanto, si bien el congelamiento tarifario benefició a los hogares que ya tenían servicio de gas natural selló la suerte de aquellos otros que no tenían. La comparación entre la foto que arroja el censo de 2001 y la del censo de 2022 en lo que refiere a la expansión de la red de gas en el AMBA no deja lugar a dudas.
Otras causas de la menor cobertura
El atraso tarifario ha sido determinante para explicar el freno en la expansión de la red de gas natural, pero no es la única causa que influyó. Fuentes de Camuzzi Gas Pampana relativizaron la relevancia de los datos sobre porcentaje de cobertura de la red al afirmar que el gas natural nunca va a tener una penetración similar a la de la electricidad por las características propias de ambos servicios. “Que haya hogares no servidos por la red de gas natural no significa necesariamente que haya una deficiencia en la infraestructura y en el crecimiento de la red. Las nuevas tendencias constructivas, los usos y costumbre de los hogares y las condiciones climatológicas hacen que en la actualidad haya una migración hacia una cobertura eléctrica”, destacaron desde la distribuidora.
Las fuentes consultadas citaron el ejemplo de la Costa Atlántica donde muchos propietarios que no tienen residencia permanente en esos distritos, antes de encarar una obra de infraestructura como la que demanda el gas natural prefieren poner un anafe eléctrico, un aire acondicionado frío-calor y un termotanque eléctrico. A su vez, en la Ciudad de Buenos Aires muchas de las nuevas construcciones son totalmente eléctricas por los menores costos que supone para el desarrollador y porque de ese modo evitan las demoras en las autorizaciones para la instalación de una red de gas natural.

Un comentario
En el amba también estuvieron atrasadas las tarifas de electricidad desde 2003 hasta 2017. Sin embargo no se produjo una falta de extensión de los servicios de electricidad. Las obligaciones de las eléctricas incluían atender toda demanda en el área de concesión. Las condiciones establecidas para las distribuidoras de gas no del área metropolitana no incluyeron esta obligación.
Los análisis que se presentan deberían incluir esta variable.
Tarea aparte será analizar las razones de esta omisión en el caso del gas. Privatizar una empresa de gas sin esta obligación ha aumentado los ingresos de caja del gobierno.