La importación de energía eléctrica desde Brasil es clave para cubrir el pico de la demanda durante las altas temperaturas como las que está atravesando esta semana las provincias del centro y norte del país. Sin embargo, existen diferencias hacia dentro del área energética del gobierno acerca de qué tipo de relación contractual establecer con el país vecino para importar energía durante el pico de consumo estival.
El vicepresidente de Cammesa, Mario Cairella, impulsa desde hace semanas la rúbrica de un contrato en firme con Brasil —es decir, con carácter mandatorio— para importar 1.000 megawatt (MW) desde el sur brasileño en forma ininterrumpida. Sin embargo, ni el Ministerio de Economía ni la Secretaría de Energía, como así tampoco la línea técnica de Cammesa, que se encarga del despacho de energía, no comparten esa visión e impugnan la firma de un nuevo contrato con Brasil por entender que es innecesario desde lo operativo, pero sobre todo por el impacto económico que tendría para las arcas del Estado, dado que implicaría pagar un precio más alto por la energía importada y por ende, elevaría los costos del sistema eléctrico.
Fuentes cercanas a Cairella indicaron a EconoJournal que hay negociaciones con al menos dos comercializadoras del país vecino para suscribir un contrato de importación en firme. Se trata de las firmas Tradener y Tesla Energy. El contrato sería por 650 MW con la posibilidad de extenderlo a 1.000 MW y por un plazo de 60 días con una extensión de 30 días más de ser necesario. El precio de importación en firme sería cercano a los 100 dólares por megawatt por hora (US$/MWh).
“Es lo que hay que hacer para que no nos quedemos sin energía porque en los últimos 20 años no se hicieron inversiones. Tenemos que garantizar el despacho económico, pero también seguro”, indicaron cerca de Cairella, un funcionario que no responde al ministro de Economía, Luis ‘Toto’ Caputo, sino que políticamente está alineado con el asesor presidencial, Santiago Caputo.
Contrapunto
En el Palacio de Hacienda interpretan que no es necesario firmar un nuevo contrato de importación con Brasil si eso implica asumir un costo cercano a los 100 US$/MWh, muy por encima del precio monómico del sistema eléctrico. Señalan, además, que desde hace años existe un esquema de intercambio de energía con el país vecino, que funciona como un buen paraguas regulatorio y comercial para gestionar la importación de energía. «Los complejos hidroeléctricos de Brasil están con mucha agua (esta semana se registraron fuertes lluvias en el sur del país), por lo que no es necesario convalidar un precio tan alto que provocaría un aumento en el nivel de subsidios energético que paga el Tesoro», explicaron en un despacho oficial. «Distinto sería si el precio fuese más bajo y se ubicara en torno a los 60 dólares y se extendiera durante el invierno, cuando los costos de generación se disparan porque es necesario quemar combustibles líquidos en las centrales térmicas porque el gas se redirecciona hacia los hogares», agregaron.
La propia línea técnica de Cammesa, que encabeza Eduardo Hollidge, histórico gerente de Coordinación Operativa que hoy se desempeña como gerente general, se opone a la firma de un nuevo contrato de importación con Brasil. El viceministro de Energía y Minería, Daniel González, hombre de máxima confianza del titular de Economía, y la secretaria de Energía, María Tettamanti, respaldan la posición técnica de la línea gerencial de Cammesa. EconoJournal realizó un relevamiento entre las principales empresas locales de generación, que coinciden en que no es necesario firmar un contrato en firme con Brasil, al menos no en los valores que se están barajando. «Un contrato en firme por 1000 MW a 100 dólares por MWh sólo beneficiaría a las comercializadoras de Brasil«, advirtió un alto directivo del sector.
Los envíos de energía eléctrica provenientes del país vecino (sobre todo de la generación hidroeléctrica) son fundamentales para que el Sistema Argentino de Interconexión (SADI) opere en mejores condiciones. Según datos de Cammesa, bajo el esquema de intercambio energético entre países, el martes de esta semana la Argentina recibió de Brasil hasta 1.920 MW, casi un 8% del total del pico de la demanda que se registró por la tarde, que fue de 25.854 MW.
Acuerdo de intercambio
La Argentina tiene un acuerdo de intercambio de energía con los países limítrofes Uruguay, Brasil, Paraguay, Bolivia y Chile. Puntualmente con Brasil, el acuerdo se renueva cada cuatro años. El último firmado entre los gobiernos de ambos países vence el 31 de diciembre de este año y tiene tres modalidades de intercambio:
1) Sin devolución de energía interrumpible suministrada (por ejemplo, plantas térmicas no usadas).
2) Con devolución de energía interrumpible suministrada para atención de emergencias (como cubrir el pico de demanda).
3) Con devolución de energía interrumpible suministrada para el aprovechamiento de excedentes de generación hidroeléctrica y renovables (excedentes que pueden ser aprovechados por el otro país).
Argentina y Brasil tienen dos interconexiones eléctricas: una es Paso de los Libres-Uruguaiana y la otra es Rincón Santa María-Garabí, en la zona de Yacyretá. El intercambio varía según la oferta y demanda de ambos países. Por ejemplo, la Argentina exportó en 2021 alrededor de 4.000 gigawatt por hora (GWh), pero luego la Argentina fue necesitando traer cada vez más energía desde Brasil, tendencia que no cambió entre 2022 y 2024.