Pese a que finalmente ayer se levantaron todos los cortes que frenaron por 22 días la actividad petrolera en Neuquén, las esquirlas de esa crisis se observan con nitidez en el escenario. Algunas de las principales compañías de servicios como Nabors, Schlumberger y Wheatherford, afectadas a las actividades de perforación y terminación de pozos que se mantuvieron frenadas, notificaron que por el parate rescindirán los contratos comerciales con proveedores PyMEs de la región.
Luego de que los trabajadores autoconvocados de salud levantaran la mayoría de los cortes de ruta en distintas localidades de la provincia, compañías del llamado “segundo anillo” que brindan servicios especiales a las operadoras argumentaron “fuerza mayor” y anunciaron a pymes neuquinas que se atrasarán en los pagos por el freno de la actividad en Vaca Muerta.
Así lo aseguró la Federación de Cámaras de Empresas del Sector Energético de Neuquén (FECENE) mediante un comunicado, que directamente denuncia que «la situación de las empresas regionales se encuentra en colapso». Estimaron pérdidas de al menos 10 millones de dólares por el bloqueo y la consecuente caída de la facturación. Además, advirtieron que no podrán cumplir con el pago de los sueldos de abril de unos 16.000 trabajadores.
- Sin embargo, allegados a YPF, la mayor petrolera de Neuquén, aseguraron que la compañía emitirá todos los certificados correspondientes para que sus contratistas puedan garantizar el pago de los salarios de los trabajadores asignados a locaciones de la petrolera controlada por el Estado. «Se van a emitir los habilitas (la autorización en el sistema de facturación de la empresa) por los servicios prestados a YPF más allá de que la actividad haya estado interrumpida por el conflicto con los autoconvocados de Neuquén», explicaron.
Las autoridades de FECENE solicitaron la instrumentación de un programa que contemple el financiamiento a tasa cero para evitar la crisis del sistema, una prórroga de todas las obligaciones tributarias, (nacionales, provinciales y municipales) por plazos adecuados a la posibilidad de pago, encuadrar el incumplimiento existente en casos de fuerza mayor, sancionar un régimen de moratoria para las obligaciones previsionales de las empresas afectadas y aportes a fondo perdido para afrontar las obligaciones salariales del mes de abril.
Colapsado
El Secretario de la Federación, Edgardo Phielipp explicó a EconoJournal que “ante la decisión de algunas prestadoras de servicios multinacionales que declararon la rescisión de contratos tanto presentes como en forma retroactiva, no estamos dispuestos a aceptar esta medida ilegal. Retroactivamente no se puede hacer nada ya que si tengo prestado el servicio, ¿cómo no me lo van a pagar?», y agregó: “este escenario se produce como consecuencia de la posición dominante de algunas empresas y la mala decisión de algunas pymes que, frente a la imposibilidad de conseguir nuevos trabajos, aceptan cosas que no se deben aceptar”.
Otro problema con el que deberán lidiar las pequeñas y medianas empresas de la provincia está ligado a la imposibilidad de facturación. “No hay trabajos o bienes que facturar porque no se trabajó”, sostiene Edgardo Phielipp. “Entonces las pymes se encuentran con rescisión de contratos, con problemas financieros de corte de la cadena de pagos y todo esto sin terminar de salir de la crisis de un año y medio de pandemia”.
Para los 16.000 trabajadores que la Federación cuenta en sus empresas asociadas, el contexto actual constituye un combo de colapso. “Solicitamos el apoyo de la nación, la provincia y el municipio”, manifestaron las cámaras empresarias que integran FECENE. Respecto del proyecto que el gobernador de Neuquén, Omar Gutiérrez, envió a la Legislatura solicitando un aval para emitir deuda por 16 mil millones de pesos para el sector de empleados públicos, las pymes reclaman que se amplíe el préstamo y se brinde apoyo para evitar la destrucción de la trama empresaria local y la caída del empleo.
“Necesitamos el apoyo del Estado porque Neuquén es la provincia que ha dado, en los últimos 30 años, prácticamente la mitad del abastecimiento de energía del país y resulta absolutamente legítimo que se contemple su situación”, argumentó Phielipp y concluyó: “Probablemente ocurra que los desempleados superen en número a los autoconvocados. Entonces no podemos aceptar esta forma de reclamo que afectó severamente al conjunto de los ciudadanos porque sencillamente estaríamos aceptando lo que se dice que se protege que es la calidad de vida de todos los trabajadores”.