A Javier Pastorino el desafío de la transición energética en Argentina lo tiene entusiasmado. Los avances en materia de energías renovables y el impulso creciente de la electricidad como energía primaria en el mundo dan cuenta de que electrificación, descarbonización y rentabilidad están yendo de la mano. En Siemens entendieron que esa realidad demandaba la creación de un nuevo vehículo 100% focalizado en energía y listo para navegar por las aguas de la transición. Con ese fin, en abril realizaron una reestructuración global, dando a luz a Siemens Energy, una compañía independiente y que ya cotiza en la Bolsa de Frankfurt.
El reordenamiento del grupo también llegó a Buenos Aires. En mayo Siemens dividió su negocio local en dos empresas: Siemens Energy y Siemens Industrial. Pastorino es el managing director de Siemens Energy para Argentina, Chile y Uruguay. Cuenta con una extensa trayectoria dentro de la empresa y en lo vinculado con energía eléctrica en particular. En diálogo con TRAMA, el gerente general explica cuál es el rol que la flamante compañía cumplirá en el panorama energético de las próximas décadas e identifica las oportunidades y su potencial en Argentina y la región.
¿Qué ventajas tiene esta reorganización del grupo?
La decisión de Siemens de hacer un spin off de su negocio de energía tiene dos grandes ventajas. Desde el punto de vista de los inversores, ahora tienen una compañía 100% focalizada en energía, lo que involucra la generación renovable y convencional, aplicaciones industriales, transmisión y nuevos negocios de energía, como baterías e hidrógeno. Siempre hay estrategias focalizadas, pero acá hablamos de una compañía totalmente focalizada en energía. La otra ventaja de esta focalización es que se da por la transición energética. Por un lado, a nivel mundial hay entre 850 y 900 millones de personas que todavía no tienen acceso a la electricidad. Por el otro, habrá un crecimiento de la demanda energética total que estimamos en un 25% para 2040. Pero la electrificación de los sistemas energéticos va a ser mayor que ese crecimiento. La sociedad se va a electrificar aún más con el advenimiento de la movilidad eléctrica y eso es positivo porque la electricidad es una energía eficiente y muy limpia. Vamos a tener un crecimiento de la demanda energética y de la electrificación por encima de ese crecimiento global. Por lo tanto, el foco de esta compañía es sobre la electrificación y por supuesto que responde a poder cumplir con los objetivos de cambio climático. Para tener un mundo sostenible, no hay que superar 1,5 °C de elevación de la temperatura promedio de la tierra por sobre la era preindustrial. Hoy todas las tendencias indican que vamos a valores superiores, por lo que hay una necesidad imperiosa de trabajar desde la tecnología en esta transición energética.
Siemens es una empresa de más de cien años que acaba de tomar la decisión de crear un vehículo específicamente dedicado al tema de energía. ¿Cómo fue el proceso que llevó a Siemens a crear una compañía listada en Bolsa y qué otros objetivos tienen?
Fue un proceso estratégico que llevó varios años en Siemens. Nosotros vemos hoy el mundo de los negocios como ecosistemas. Hay distintos stakeholders y grupos de interés interrelacionándose en un mundo mucho más complejo. Para actuar en ese ecosistema se necesitan compañías mucho más flexibles, más modernas y más focalizadas. Por esa razón fue que hace unos años se creó una empresa totalmente focalizada en salud, que es Siemens Helthineers. Ahora, como segundo paso se crea una compañía totalmente focalizada en energía. Queda entonces una especie de ecosistema entre Siemens, Siemens Energy y Siemens Helthineers, pero con compañías que están claramente focalizadas en sus mercados clave, que son mucho más flexibles y mucho más dinámicas. Ese fue el motivador estratégico por el cual Siemens adoptó esta estructura.
Hizo referencia a cuatro unidades de negocios dentro de Siemens Energy. ¿Puede detenerse dentro de cada una de esas subunidades?
Siemens Energy tiene cuatro grandes pilares que son generación, aplicaciones industriales, transmisión y nuevos negocios de energía. Dentro de generación existe, por un lado, la generación renovable. Siemens Energy tiene la mayoría del paquete accionario de Siemens Gamesa Renewable Energy, por lo que tenemos todo el porfolio de turbinas eólicas, tanto onshore como offshore. Es un mercado claramente en crecimiento con esta penetración de las energías renovables debido a la transición energética. Por otro lado, está la generación convencional con turbinas de gas, turbinas de vapor, ciclos combinados, además de la automatización, sistemas de control y digitalización de esas formas de generación. El segundo pilar es aplicaciones industriales; llevamos las aplicaciones de energía del nivel de las utility al nivel de los clientes industriales. El foco está puesto en los distintos segmentos industriales. Por ejemplo, en Oil & Gas estamos trabajando en la electrificación de todo el proceso. Hicimos un análisis de caso de negocios de electrificación de operaciones de drilling, de fracking, de upstream. Los ahorros por reemplazar el uso de combustibles diésel en esas operaciones serían del orden de magnitud del 50% en esa parte de la estructura de costos. Electrificar es una forma de generar energía mucho más eficiente y limpia. Otros segmentos son pulpa de papel y cemento, por ejemplo. El tercer pilar es el de transmisión. Todo lo que es soluciones para transmisión tanto en corriente alterna como en corriente continua en alta y media tensión se maneja con esta unidad de negocios. El cuarto pilar es el más incipiente y se relaciona con nuevos negocios de energía. Nos enfocamos básicamente en hidrógeno verde y ya estamos trabajando en varios proyectos piloto. Entendemos que va a ser una tecnología que con el tiempo va a tener un nivel de reducción de costos, con curva de aprendizaje y masa crítica, y de mayor penetración a medida que van bajando los costos para profundizar el proceso de descarbonización y de transición energética. Esos cuatro pilares forman Siemens Energy.
La transición en un mundo post-pandemia y en la región.
La pandemia impactó de lleno en la economía global y el sector de energía no fue la excepción. Las medidas sanitarias implementadas a lo largo y ancho del planeta para limitar la propagación del COVID-19 repercutieron sobre el consumo de energía, desaceleraron proyectos en obra y obligaron a revisar muchos otros que se encontraban en carpeta. No obstante, para este ingeniero industrial egresado de la UBA al frente de Siemens Energy redoblar la apuesta por la transición energética en este difícil contexto es una forma inteligente, limpia y rentable de salir de la recesión global en curso. Una apuesta que, además, tiene buenos fundamentos en la región.
Uno cree que la pandemia acelerará los procesos de descarbonización o de transición energética desde el punto de vista tecnológico. Pero desde el punto de vista económico, es tan fuerte el impacto sobre los PBI y sobre el crecimiento global que uno también cree que el objetivo inicial será recuperar ese terreno que se perdió y empezar a poner de vuelta el sistema en marcha. En ese objetivo de recuperar valor no sé cuánto espacio habrá para alojar capital en nuevos desarrollos. ¿Qué tendencia cree que primará?
Pienso que hay alineamiento en las dos cosas. Invertir en nuevos proyectos crea crecimiento económico, genera palancas adicionales para el crecimiento. Por otro lado, el cambio climático es real y entendemos que hay que trabajar a nivel global en la transición energética. Es un camino a transitar que ya empezó y que no tiene vuelta atrás. Hoy los casos de negocios demuestran que la descarbonización también se está dando en modelos de negocios en los que la electrificación convencional era más competitiva. Hoy existen precios de paridad en energía solar fotovoltaica o eólica que logran mejores costos que con la generación tradicional. Se genera crecimiento económico, la transición energética es necesaria para cumplir con los planes de cambio climático y el trilema energético, y los modelos de negocios están cerrando también. Veo que está todo alineado y esa tendencia es por la cual Siemens Energy también se orienta estratégicamente hacia ese proceso de descarbonización.
¿Se han fijado objetivos en materia de facturación, crecimiento o participación de mercado que permitan cuantificar los objetivos de la compañía?
Sí, están cuantificados a nivel global y todos contribuimos a ese nivel. Buscamos crecer más rápido que el mercado en términos de facturación. Obviamente, crecer de manera sustancial en términos de rentabilidad. Esos son los dos focos que se están poniendo a nivel global porque, con el crecimiento de la facturación y un aumento importante del profit hacia el año 2023, que es en donde trazamos el primer milestone, se apuntalará el crecimiento del precio de la acción.
¿Conceptualmente a qué se refiere cuando habla de poner el foco no solamente en la facturación sino también en el incremento de la rentabilidad?
Estamos mirando a nivel global cómo son nuestras operaciones. Al tener una compañía 100% focalizada en el negocio de energía y con mucha más flexibilidad, que es lo que el mercado está requiriendo, reordenás tu operación para ser más flexible y más competitivo, generando un círculo virtuoso de más facturación por ser más competitivo. Al ampliar la masa crítica aumenta el negocio de servicios, y es un círculo virtuoso que realimenta la rentabilidad. Ese es un poco el racional de la nueva compañía.
Desde lo estratégico y pensando a futuro, ¿cuál de estos cuatro pilares o ejes que sustentan la estrategia de Siemens Energy piensa que van a tener más aperturas o mayores oportunidades en el país?
Argentina siempre fue un mercado estratégico para Siemens. Ya hace muchos años que tenemos una presencia muy grande
en áreas de generación, en áreas de Oil & Gas, en áreas de transmisión. A nivel Latinoamérica, Argentina está dentro de los principales mercados foco, junto con Brasil y México. Veo potencial de crecimiento en todos los pilares. Empezando por generación, la visión en el proceso de transición energética es que en el corto plazo el gas natural seguirá siendo el combustible o hidrocarburo de transición. Los renovables tienen intermitencia y generan a veces inestabilidades de red, con lo cual se necesita un back up, que en el corto plazo lo cubrirá el gas natural. Si lo comparamos en generación de huella de carbono, el gas natural es menos de la mitad que el carbón, menos del 35% de lo que es un combustible líquido. Dentro de los hidrocarburos es por lejos el más limpio. Conceptual y globalmente vemos una penetración de las energías renovables, con el gas natural como combustible de transición y como back up, hasta el desarrollo de alternativas en lo que es almacenamiento, como baterías o hidrógeno, que irán profundizando el proceso de descarbonización. Pero todo esto va a llevar décadas. En el caso de Argentina, tiene el mejor viento del mundo y el mejor sol del mundo. Siemens Gamesa Renewable Energy, que es nuestra compañía de energía eólica, ve un potencial enorme en seguir desarrollando energías renovables. En términos de gas, si bien hoy parecería que la capacidad instalada alcanza para cubrir los picos de demanda, en cuanto se genere reactivación vamos a estar otra vez muy justos. Por otro lado, vemos que el país tiene cierta capacidad instalada con eficiencias bajísimas, con lo cual existe la posibilidad de un recambio tecnológico a tecnologías de gas mucho más eficientes, como los ciclos combinados. Otra oportunidad en gas es en algunas aplicaciones de cogeneración; esto es usar generación con gas, pero con el excedente de los gases de escape se puede generar vapor para procesos industriales, por ejemplo. La eficiencia es altísima. En Oil & Gas, Argentina con el recurso de gas que tiene y Vaca Muerta, por ejemplo, es algo que también podemos aprovechar. En aplicaciones industriales la electrificación del Oil & Gas en Vaca Muerta es algo que tenemos como prioridad. En la parte de transmisión, con la capacidad instalada que se creó en los últimos años, más los proyectos en el corto y el mediano plazo, se generará la necesidad de mejorar la red de transmisión en alta tensión. Respecto del cuarto pilar, el hidrógeno es algo muy incipiente en Argentina y en el resto del mundo. Pero con los vientos de alta calidad que tenemos en el sur del país veo un potencial a mediano plazo de desarrollar una industria de hidrógeno verde acá también. Estamos empezando a sembrar las primeras semillas para pensar en ese mediano plazo en temas de hidrógeno. En los cuatro pilares vemos oportunidades en Argentina.
¿Por qué hidrógeno verde en el Cono Sur?
Por sus recursos renovables, Chile y Argentina son dos mercados óptimos para la producción de hidrógeno verde. Así lo entienden en Siemens Energy, que ya trabaja junto a Porsche en un proyecto piloto en Chile, que se espera sea la primera planta integrada, comercial, a escala industrial del mundo para producir combustibles limpios. «Chile está planteando que el hidrógeno tenga el mismo nivel de magnitud que el que tiene la minería, sobre todo en las exportaciones. Hay una agenda público-privada que está promoviendo el desarrollo de esta tecnología», explica Pastorino. En Argentina, «a mediano plazo es algo totalmente viable para hacer porque tenemos recursos de energía renovable, pero sobre más cantidad de superficie».
El ejemplo del vóley
Pastorino juega al vóley desde los 10 años y lo sigue practicando como forma de esparcimiento. Pero el deporte representa para él más que eso. «El vóley me dio una formación espectacular en términos de pertenecer a un grupo, de la cultura del esfuerzo para tener determinados logros, de generar competitividad». En Siemens lleva más de 20 años aplicando esa formación en su trabajo cotidiano. Una formación que fue desarrollando a la par de su formación técnica secundaria y luego durante su etapa en la Universidad de Buenos Aires y en el máster de negocios de la Universidad Austral. «El vóley fue una parte esencial de la formación y es algo que trato de inculcar a mi familia y mis hijos».