El gobierno tiene previsto habilitar las plantas de regasificación de Bahía Blanca y Escobar para que las empresas privadas puedan contratar capacidad de almacenamiento y regasificación de GNL. El objetivo es que empiecen a importar directamente ese combustible para reemplazar gasoil, que tiene un precio mayor. La medida está vinculada con la apertura que se va a impulsar para que los generadores de electricidad puedan comprar el combustible que consumen. De ese modo, los privados volverán a hacerse cargo de la importación de manera gradual.
El ministro de Energía, Juan José Aranguren, adelantó durante la exposición que realizó el miércoles pasado por el Día del Petróleo que están trabajando en el tema. “En pocas semanas más vamos a disponer la desregulación de la capacidad de acceder a las facilidades de regasificación por parte de la demanda, como un mecanismo de mayor libertad en el mercado y oportunamente, en algún momento durante el año próximo, le retornaremos a los generadores eléctricos la capacidad, que nunca deberían haber perdido, de procurar su propio combustible para poder generar energía eléctrica”, aseguró el funcionario.
El proyecto por ahora es un borrador y la intención oficial es implementarlo de manera gradual porque actualmente la estatal Enarsa S.A. (rebautizada como «Integración Energética Argentina S.A.») tiene prioridad para importar cargamentos, fundamentalmente en invierno. Durante el resto del año, seguramente sea más fácil encontrar ventanas de oportunidad para que sean los privados los que puedan disponer de esa infraestructura.
Lo ideal es tener asegurada también capacidad de transporte en firme. En el caso de que así no sea, está la opción de almacenar el combustible para aprovechar el momento en el que surja capacidad de transporte, aunque sea interrumpible, pero en ese caso los costos aumentan significativamente porque no hay actualmente una planta de almacenaje en tierra. Por lo tanto, el privado debería alquilarle esa capacidad de almacenamiento al buque que trae el combustible.
El problema es que tener un barco de esas características parado un día en el puerto sin usarlo tiene un costo de entre 50 mil y 100 mil dólares. El especialista Vicente Serra Marchese recordó en diálogo con Econojournal que el gobierno anterior había explorado la posibilidad de construir una planta regasificadora con almacenaje en tierra. “El lugar elegido era cercano a Puerto Rosales, lo había evaluado Enarsa con PDVSA, pero la obra nunca se llevó a cabo porque el ministro de Planificación Julio De Vido dijo que la importación de GNL iba a ser transitoria”, aseguró. Ahora esa decisión quedará en manos de los privados.
Por ahora, lo que Energía está estudiando ahora es que las importaciones se realicen a través de las plantas de Escobar y Bahía Blanca por medio de un proceso denominado «open season», consistente en establecer un período durante el cual el concesionario (en este caso podría ser Enarsa) recibe solicitudes de servicio de potenciales usuarios, establece tarifas y adjudica capacidad según algún tipo de criterio no discriminatorio. Un esquema similar, pero en sentido inverso, quiso llevar adelante Enarsa cuando exploró la posibilidad de alquilarle a Chile la planta de regasificación de Mejillones y que fuera directamente Enarsa la que licite la importación de GNL desde la terminal chilena.
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Muy bien pero se necesitan motores que trabajemn con LNG directamente sin regasificar.
La empresa Wartsila de Finlandia que fabrica equipos con motores de doble combustible ha vendido 5 centrales generadoras en Argentina tal vez pueden aprovechar.
En el mundo entero hay camiones, barcos omnibus y trenes impulsados a LNG. En Argentina el navio FRancisco I que va a Uruguay funciona con LNG fabricado por las mini plantas Criobox fabricadas por Galileo. Un pionero en LNG.