La petrolera rusa Lukoil, segunda en el ranking de mayores refinadores de crudo (sólo por detrás de ExxonMobil), quiere quedarse con los activos de Oil Combustibles, fundada por el empresario Cristóbal López y recientemente adquirida por el grupo OP Investments, cuya cara visible es el financista Ignacio Rosner. En un escrito presentado ayer ante el juez Héctor Vitalo, a cargo del concurso preventivo de Oil, OP Investments presentó el plan de negocios con el que aspira a rescatar a Oil de la complicada situación financiero-económica que atraviesa. Esa presentación quedó hoy en suspenso tras conocerse el fallo de la Corte Suprema de Justicia, que hizo lugar a un planteo de la AFIP (reclama impuestos adeudados por $ 8000 millones) y declaró nula la apertura del concurso preventivo de Oil, por lo que no está claro cómo continuará el derrotero judicial de la petrolera creada por López. “La noticia (de la Corte) es mala para Cristóbal López, pero es buena para nosotros. Es mejor si la Justicia inicia un nuevo proceso separado del interior”, señalaron a EconoJournal allegados a OP Investments.
“La posibilidad de que Lukoil sea nuestro socio estratégico es el resultado del cambio de dirección en Oil Combustibles y del país, signado por el clima favorable a la inversión y al desarrollo productivo”, indicó ayer Rosner mediante un comunicado en el que firma como CEO de OP y además como presidente de Oil Combustibles. “Si bien la situación financiera de Oil y las demás empresas del Grupo empresario es crítica, se considera que el ingreso de U$S 300 millones serán suficientes para su estabilización financiera”, agregó.
Lo concreto es que Lukoil –que en la Argentina es representado por dos empresarios locales con amplia experiencia en el negocio de refinación y trading de combustibles- propuso en sede judicial inyectar US$ 80 millones a cuenta de capital de trabajo de la petrolera y, a su vez, poner a disposición una carta de crédito por otros US$ 100 millones, según aseguraron a EconoJournal fuentes con acceso directo a la operación. “Si bien existe un convenio de exclusividad firmado, las negociaciones son exploratorias y hay que ser cautos por la complejidad de la operación”, advirtieron.
Colaboradores de Oil afirmaron, a su vez, que este año se contrató a una consultora para realizar una valuación económica de los activos de la compañía. El estudio arrojó un precio de venta de US$ 160 millones por la refinería de San Lorenzo, la red de 360 estaciones y las existencias (stocks) de combustibles en la planta santafesina. Sin embargo, en su momento directivos de Oil cuestionaron esa tasación por considerarla inferior a la real.
Las gestiones de la petrolera rusa corren por Lukoil Pan-Americas, filial del grupo con sede en Nueva York que maneja los negocios en EE.UU. (tiene un 7% del negocio de combustibles en ese mercado). La apuesta de Lukoil por Oil no apunta únicamente a desembarcar en la Argentina, sino a potenciar su expansión en el Cono Sur. La compañía vende derivados del petróleo por cuenta de terceros en Paraguay y el sur de Brasil. El control de la terminal portuaria de Oil en San Lorenzo y el acceso a la Hidrovía del río Paraná son objetivos estratégicos en ese proyecto regional. “Oil Combustibles comercializa 70.000 metros cúbicos de petróleo y derivados. Y Lukoil ya vende otros 70.000 m3 a Paraguay y a Brasil. La compra de Oil permitiría integrar ambos negocios”, explicaron fuentes de vinculación directa con la operación, que pidieron la reserva de nombre.
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No parece que la tasación efectuada por la consultora: U$A 160 millones, contenga el pago de los impuestos y retenciones que se adeudan a la AFIP. Esta deuda además de su implicancia económico-financiera para la firma, tiene además implicancias penales que alcanzan a los directivos responsables de haber retenido tasas e impuestos que cobraron en nombre del Estado al contado y derivaron a otros destinos. Deberia correr en paralelo una causa penal por malversación de fondos públicos y fraude.